El fenómeno de los operadores de cable tradicionales no es exclusivo de España. En aquellos países en los que la legislación del sector ha sido tardía o donde la permisividad de las autoridades lo ha permitido han surgido experiencias locales de cable, directamente forjadas mediante redes cable coaxial. Una práctica genuinamente española es, en cambio, el vídeo comunitario. De hecho, buena parte de las actuales redes utilizan el legado de los orígenes (el añejo concepto de televisión por cable), en los que se combinaban las antenas que permitían la captación de señales electromagnéticas de la televisión hertziana y el cable coaxial (que se utilizó inicialmente para enviar mensajes telegráficos submarinos).
El origen de la televisión por cable es motivo de discordia. El estadounidense John Walson se lo atribuye en 1948, aunque según Southwick las primeras redes (que utilizaban antenas comunitarias) habrían aparecido en el Reino Unido antes de la segunda guerra mundial, con el objetivo de recibir las señales de la BBC. Otros aspirantes a pioneros son Parsons en Astoria (1948) y Tarlton en Lansford (1950). En todo caso, a partir de 1950 se desarrollaron numerosos sistemas de cable, hasta alcanzar en 1955 los 400 sistemas y más de medio millón de abonados.
Allende los mares hallamos un caso con similitudes al español: México. Partiendo del axioma de que en extensiones geográficas amplias la mayoría de consolidaciones para redes de telecomunicaciones por cable quedan completas en un elevado porcentaje de casos, lo más habitual es que queden zonas sin cubrir (en áreas rurales, con difícil acceso). Esos son feudos propicios para operadores independientes, que pueden disponer de cifras que acostumbran a fluctuar entre los 500 y los 5.000 abonados. A veces, empero, como ocurre con numerosos operadores españoles, los abonados son uno o dos centenares.
En estos operadores siempre se encuentra presente el operador dominante (telco), conocido como la empresa telefónica, que ofrece los servicios de telefonía e Internet. A este dúo se suma la opción de televisión para completar el triple play. En México asume la provisión del vídeo la: empresa de cable local o el Direct Home Television o DHT (satelital).
En un escenario cada vez más exigente y competitivo, ¿cómo pueden asumir los pequeños operadores de cable la oferta del triple play? Con frecuencia factores como las inversiones, la infraestructura, los recursos materiales y humanos pueden convertir en inviable el negocio. La forma en que se está resolviendo el entuerto, gracias a un reciente proyecto de I+D+i que se ha desarrollado entre CECABLE (Centro de Estudios sobre el Cable) y SICA (México), es contar con un centro unificado de tecnología, independiente de los grandes operadores, que permita compartir los recursos con operadores pequeños en siete parámetros:
- Sistema de Facturación.
- Sistema de Monitoreo de Red.
- Sistema de Aprovisionamiento Datos (Euro DOCSIS).
- Sistema de Aprovisionamiento de Telefonía (PacketCable).
- Sistema de Softswitch.
- Sistema de Tarificación Telefónico.
- Sistema de Alarmas Automatizadas.
El proyecto de investigación ha dado como resultado unas aplicaciones de utilidad y eficiencia máxima para los operadores de cable tradicionales, que pueden incrementar su base de abonados con tranquilidad a raíz de la escalabilidad de la solución. Así, los resultados son diversas aplicaciones: la primera permite al operador el SNR (Signal-to-Noise Ratio) en forma de monitoreo; en la segunda, el operador aprovisiona datos y telefonía; en la tercera, el operador de cable puede observar costos y reglas de paquetes de telefonía; y en la cuarta el operador puede realizar y visualizar la facturación, la atención al cliente, las órdenes de servicio (fundamental en el caso del triple play) y el material utilizado.