Uno de los ejes
vertebradores de la Sociedad de la Banda Ancha es el factor de universalización del acceso a la red, en igualdad de condiciones
entre todos los potenciales usuarios. Ora en zonas urbanas, ora en rurales, ciudadanía y empresa reclaman un flujo de banda ancha generoso para
esquivar gaps por una posible falta
de conectividad.
La detección de zonas
de sombra o con velocidades de acceso por debajo del umbral considerado de
rapidez es esencial. La Agenda Digital para Europa establece para 2020 los 30 Mbps como umbral de
mínimos, y 100 Mbps para el 50% de la población. En general el objetivo se va
cumpliendo, con excepción de algunos triángulos de las Bermudas en términos de
conectividad.