El objetivo esencial de la Sociedad de la
Banda Ancha (universalizar el acceso a la red) iba de la mano de otro paralelo
nada fácil de conseguir: la liberalización de las telecomunicaciones, sector
monopolístico por antonomasia y de compleja liberalización, tanto en cuanto un player parte del cien por cien del
mercado y el resto de advenedizos deben hacer malabarismos para ir arañando una
parte del pastel.

En el mercado español, el proceso de
liberalización está siendo lento, parsimonioso, confirmando el conservadurismo del cliente y el pánico a quedarse sin un servicio básico (telefonía, Internet y televisión lo son: las horas de consumo son elocuentes).