Los tentáculos de las redes de telecomunicación se extienden por doquier y alcanzan objetivos insospechados. Así, una parte del aumento de lectores de prensa en el mundo se debe al acceso a prensa digital, que sería imposible sin redes. Además, para según qué aplicaciones multimedia de los diarios digitales, las redes deben estar bien dotadas de banda ancha (en el caso del streaming, por ejemplo).
Los datos de la Asociación Mundial de Diarios y Editores de Noticias (WAN-IFRA) establece en 3.100 millones de personas los lectores de prensa; de ellos, 2.500 corresponden a las versiones impresas, y 600 a las digitales. El crecimiento del periodismo digital es incuestionable. La pregunta es cuándo se producirá el sorpasso (más lectores en prensa digital que en prensa en papel).
Ante los apocalípticos que auguraban un declive en prensa, desde 2007 la audiencia ha crecido un nada desdeñable 4,2%, y la circulación de los diarios de pago en papel un 1,1% entre 2010 y 2011 (gracias a Asia y Oriente Medio, ya que Europa, Norteamérica y Latinoamérica registran caídas).
En cambio, los ingresos publicitarios han disminuido, ya que los procedentes de las versiones digitales no compensan las caídas del papel. Otro foco de mejora es el tiempo de permanencia de los lectores en el diario digital, que es menor (y se traduce en visitas a menos cantidad de páginas) que en el papel.
Sea como fuere, cuanto mejor pertrechada esté la infraestructura de telecomunicaciones y más lectores potencial estén conectados a Internet, más audiencia recaerá en los diarios digitales. La fórmula está clara: + BA = + PR (más banda ancha igual a más press readers).
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