lunes, 25 de mayo de 2015

Comunidades educativas y Sociedad de la Banda Ancha: hacia una nueva dimensión



La Sociedad de la Banda Ancha, caracterizada por la universalización del acceso a la red y su carácter garantizado, se configura priorizando los contenidos y la posibilidad de crear comunidades homogéneas, con engagement en sus miembros, uno a uno, agrupándose triunfales como los troncos de la fotografía, al efecto de facilitar el intercambio de conocimiento. Si se trata de un medio de comunicación, entramos entonces en el social journalism commerce, un potosí a efectos de monetización y de customización del usuario final.


Para los que nos dedicamos a la docencia universitaria, los medios y las redes sociales son un aliado, no un enemigo. Es cierto que en algunos entornos se observa a las nuevas (o no tanto) herramientas digitales como una amenaza que furtivamente se introduce en el día a día de las aulas. Pero más que amenaza las redes sociales son una oportunidad, una opción de conectar con los estudiantes, de interactuar con ellos, de hablar su mismo lenguaje. Hoy en día, dar clase es como un partido de fútbol: hay que “ganar y dar espectáculo”, es decir, explicar muy bien y mantener entretenida a la audiencia. Y eso requiere vocación, arte y en ocasiones un pellizco de paciencia.

¿Cuáles son los aspectos positivos del uso de las redes sociales? En primer lugar, mantener un contacto más o menos constante con los estudiantes. La época (años 80 e inicios de los 90 del siglo XX) en la que el contacto entre alumnado y profesorado se restringía al despacho, y en muchas ocasiones  el horario de despacho figuraba simbólicamente y no se materializaba, ha quedado totalmente atrás. Muchos compañeros míos comentan que aquello era un chollo: muy pocas horas de clase impartidas, despacho testimonial, clases tradicionales y casi ninguna práctica, funcionariado casi inmediato con concursos en muchos casos endogámicos (incluso se ha publicado algún artículo científico confirmándolo), sueldo elevado… e incluso jubilación garantizada. 
Ahora todo ha cambiado para los profesores jóvenes: muchas horas de clase impartidas, despacho real y además virtual (hay que responder con gran rapidez), clases magistrales con flujo audiovisual y muchas prácticas, publicaciones científicas y acreditaciones por doquier… pero índice de reposición ínfimo y provisionalidad ad eternum, sueldo  modestísimo… y si hay jubilación será para comer, con suerte, pan, arroz y espaguetis.
Por ende, la mejor herramienta para interactuar con rapidez con el alumnado es el correo electrónico o incluso las redes sociales, sin olvidar la mensajería instantánea (Whatsapp a la cabeza). Otras ventajas consisten en poder colgar información sobre el objeto de estudio de la asignatura, promover la relación estudiante-estudiante y profesor-estudiante, top down y bottom up, incentivar la participación, buscar información (especialmente en la universidad) o alertar sobre fechas relevantes. Ciertamente algunas de esas actividades se pueden llevar a cabo en el Moodle de cada universidad o de cada centro, pero la experiencia nos indica que en casos de emergencia una red social salva situaciones de todo tipo, incluso cuando falla el acceso al campus virtual, circunstancia que acostumbra a darse en el momento más inoportuno.
¿Inconvenientes? De haberlos, haylos. Por ejemplo, confundir la separación entre momento de ocio y momento de trabajo académico. Otras interferencias se pueden producir entre los perfiles (personal y laboral), en la prolongación de discrepancias (por ejemplo, entre estudiantes) en el ecosistema digital o en la difusión de información (el derecho a la intimidad debe quedar establecido previamente y de forma clara).
Una de las opciones más proclives en redes sociales es la creación de una comunidad, fórmula sencilla y que aporta valores añadidos diversos. Así, en según qué coyuntura, permite dar a conocer redes sociales infrautilizadas en algunos ámbitos territoriales o académicos. Así, Google +, el competidor de Facebook con sello Google, permite crear comunidades para dinamizar una asignatura o llevar a cabo prácticas diversas. Para el estudiante, se abre la puerta a conocer una red social acaso ignota, a manejarla, a aprender y, a largo plazo, a poderla utilizar en el ámbito profesional. De esta manera, una posible complicación (como el uso de la red social o la creación de una comunidad en dicha red) es sencilla de driblar por parte del profesorado, y el acceso se antoja enormemente asequible por parte del alumnado. El uso de una comunidad en Facebook o Google + plantea una cierta dedicación de tiempo, la propia de un curso virtual, como los MooC. Pero una vez realizado un curso de este tipo, la satisfacción es enorme. 
En una comunidad virtual de aprendizaje se consigue implementar el trío de características clave del entorno digital: interactividad, multimedia, hipertextualidad, fundamentales en el periodismo digital del siglo XXI. Se trata de valores añadidos muy difíciles de conseguir sin una red social. En una comunidad es preciso interactuar constantemente. De hecho, el profesor debe ser el principal dinamizador, aunque en ocasiones puede contar con algún aliado en forma de estudiante aplicado y comprometido. En cuanto al multimedia, es recomendable colgar en el aula vídeos, audios, infográficos o presentaciones en Power Point o en Prezi. Hemos analizado el uso de esos recursos en medios de comunicación digitales y, en general, pese a su paulatina introducción, el resultado es mejorable. La intersección entre Internet y audiovisual, entronizada por el estándar HbbTV, aporta más opciones para la educación.
En lo referente a la hipertextualidad, su uso también es imprescindible en contenidos de una comunidad virtual. En nuestros grupos de investigación (Grupo de Investigación sobre Periodismo Digital y Banda Ancha y Grupo de Investigación Sistemas Innovadores de Monetización del Periodismo y Marketing Digital-SIMPED), hemos creado una clasificación de tipos de enlace en función de su profundidad semántica, y hemos llevado a cabo numerosas aplicaciones empíricas, que han dado lugar a gran cantidad de artículos científicos indexados y capítulos de libro. Hemos aplicado esa taxonomía a medios de comunicación, aunque se puede extrapolar perfectamente a comunidades virtuales para poder valorar su calidad. Mantenemos la intensidad del debate en Twitter (@CECABLEresearch), Google+, en el grupo de LinkedIn, en la página de LinkedIn, en el grupo de Facebook, en Instagram (CECABLE), en Pinterest y en este blog. Y ahondaremos en las XXI Jornadas del Cable y la Banda Ancha en Cataluña (mayo de 2016).
En conclusión, implementar una comunidad virtual utilizando redes sociales implica unas ventajas y unas puntas de calidad inasumibles en otros entornos, sobre todo los analógicos. La red social nos conduce a una nueva dimensión.

12 comentarios:

  1. Muy meritorio esforzarse en buscar aplicaciones de redes sociales para estudiantes. Siempre innovando.

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  2. Apasionantes aplicaciones para el ámbito de la educación. ¡Felicidades!

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  3. Investigar sobre aplicaciones de redes sociales en enseñanza da muy buenos y necesarios resultados.

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  4. Los estudiantes, más contentos.

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  5. Es un sector muy estimulante y muy agradecido. Investigar sobre ello es una gozada.

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  6. Las redes sociales en el mundo académico las utilitzamos mucho y son de gran ayuda. El mundo online hace que entre compañeros nos pasemos información interesante, y de urgencia a veces. Incluso, la comunicación profesor-alumno es mucho más satisfactoria gracias al correo electrónico que podemos tener respuestas y ayudas en el tema académico.

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  7. PD: Es muy bonita la fotografía :)

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