Los niños y los jóvenes del siglo XXI son nativos
digitales ávidos consumidores de banda ancha. Para los medios de comunicación,
las perspectivas de negocio se vehiculan en clave digital, no analógica.
Incluso los medios que no son pure
players son conscientes de que la tendencia es esa. El quid de la cuestión es cómo configurar fórmulas de pago que sean
eficaces.
Un paso estratégico es acostumbrar a los jóvenes a
leer prensa digital. En esta línea, en Europa comienzan a proliferar diarios
para niños y jóvenes. En Alemania, el semanario Kruschel se dedica sólo a los niños,
y en Austria el grupo Styria estrenó en enero de 2011 el diario infantil Die Kleine
Kinderzeitung. (22.000 lectores en dos años y break even).
En Francia, Play
Bac publica tres diarios para niños desde mediados de los años 90 del siglo
XX (circulación colectiva de 150.000 ejemplares y números negros, con el seguro
de que el 90% de ingresos procede de suscripciones y sólo el 10% de publicidad).
En el Reino Unido, First News se
dirige a lectores de 9 a 12 años. En un año la difusión ha crecido un 18%. En
paralelo, aparecen iniciativas como NowThis News, específicamente
para teléfonos inteligentes y tabletas a través de la su aplicación. Sin página
web a la antigua usanza, el contenido es compartido en la red por medios
sociales.
Por tanto, se abre una opción clara de nicho para
periodistas y comunicólogos emprendedores en Cataluña y en España. La creación
de un producto de este tipo, con la colaboración de los departamentos de
Enseñanza de las administraciones públicas involucradas, garantiza una buena
acción (promoción de lectura de diarios digitales), un público entusiasta (los
niños) y fidelizado de cara al futuro, y, para rematarlo, y a tenor de los
casos referidos, beneficios. ¿Quién da más?
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