Cuestión de aplicación

El enjambre digital en el que se ha convertido la Sociedad de la Banda Ancha da lugar a un sinfín de oportunidades. Para los emprendedores, la arena virtual confiere ventajas inopinadas: costes fijos simbólicos, mercado globalizado y facilidades para el talento. 

Si en el terreno del comercio electrónico son numerosos los casos de éxito forjados tras la pantalla de un humilde ordenador, desde hace unos meses el granero de aventuras de emprendimiento se concentra en las aplicaciones móviles. La tendencia del mercado a la movilidad conduce a crear contenidos adecuados para esa tipología de usuario, creciente en pos de la universalización que caracteriza a la Sociedad de la Banda Ancha.

Si lleváramos a cabo una encuesta sobre la app más popular, asociada a telefonía móvil, probablemente la elegida sería WhatsApp. La mensajería instantánea triunfa, y ello queda de manifiesto en la penetración de esa aplicación. La posibilidad de enviar imágenes de fenómenos meteorológicos como el de la fotografía es uno de los alicientes de la mensajería instantánea.

Una app cuyo crecimiento está sorprendiendo a propios y a extraños es Snapchat, que permite el envío de contenido y multimedia con destrucción ulterior. En 2014 ya es la tercera aplicación social más usada por los jóvenes, según un estudio de comScore. Así, Snapchat es la tercera aplicación social más utilizada por los usuarios entre 18 y 34 años. La penetración entre el global de usuarios es de un 32,9%. ¿Y quiénes son los líderes? Pues Facebook (que en términos estrictos, y adaptando nuestra taxonomía de medios de comunicación digitales, no sería un pure player en digital en movilidad, ya que sus raíces lo son en digital convencional) e Instagram (pure player digital en movilidad; CECABLE es usuario de esta aplicación).

Si Snapchat amasa un 32,9% de penetración, Facebook consigue  un 75,6% e Instagram un 43,1%. Entre los usuarios de 18 y 24 años la penetración de Snapchat llega casi al 50%. Pendientes de las maniobras de Facebook con Slingshot, los gestores de Snapchat pueden respirar de momento tranquilos.

Por tanto, los ojos de los inversores y del sector de medios sociales se están focalizando en esta aplicación, que ha sufrido multas a raíz de vulnerabilidades de privacidad y seguridad. Hay que tener en cuenta que Snapchat no asegura borrar los mensajes e imágenes recibidos, pese a que en principio se trata de su principal misión.

No obstante, cuando un producto cubre una necesidad del mercado, se cotiza, más allá de circunstancias coyunturales. La aplicación de marras se ha revalorizado en  más de 10.000 millones de dólares, a causa principalmente de que, como en el caso de WhatsApp (también aquejado de fallos de seguridad), los usuarios son misericordiosos y perdonan cierta dosis de inseguridad o el incumplimiento de la función básica. Curioso fenómeno en el ecosistema digital, en el que el consumidor deviene crossumer, y la exigencia, carácter puntilloso y acceso a la información se disparan. Observamos que ese mazo va acompañado de cierta laxitud cuando la aplicación satisface según qué objetivos. Sea como fuere, el uso de Snapchat aumenta inicialmente entre usuarios con menos conocimientos, luego se  expande en proceso de aceleración y deviene casi necesidad digital vital con el argumento tan manido como incombatible del uso generalizado.

Las posibilidades de negocio para emprendedores que concentra la Sociedad de la Banda Ancha son enormes gracias al fenómeno del cloud journalism. Sobre ello debatimos en el Grupo de Investigación sobre Periodismo Digital y Banda Ancha, de la UAO-CEU y el CECABLE, en Twitter (@CECABLEresearch), Google+, en el grupo de LinkedIn, en la página de LinkedIn, en el grupo de Facebook, en Instagram (CECABLE), en Pinterest y en este blog. Y ahondaremos en las XX Jornadas del Cable y la Banda Ancha en Cataluña (5-7 de mayo de 2015).