Algunos tópicos provocan
reacciones de todo tipo: risas, inquietud, deseo de empirizar esa percepción,
debate sano o insano, et altri. Una de las afirmaciones más enquistadas
es la referida al mayor gasto inherente al sexo femenino en comparación con el
masculino.
Pues la Sociedad de la
Banda Ancha aporta una variable que pone el dedo en la llaga de ese debate.
Efectivamente, al menos en los juegos móviles (juegos en telefonía móvil, no
malpiensen), las mujeres gastan más que los hombres. La primera reacción de mis
lectores ante esa afirmación será de lógica sorpresa: la cantidad de usuarios
de smartphones, tabletas y phablets es mayor en el sexo
masculino. Pero a pesar del mayor consumo de hombres, las mujeres adquieren un
31% más de aplicaciones y dedican un 35% más de tiempo jugando.
Por tanto, para los
desarrolladores de aplicaciones móviles, que deben estar atentos a la
investigación de mercados, se trata de un dato que puede redireccionar los
diseños. Ello adquiere más peso al socaire de una realidad indudable: los
juegos móviles están en plena expansión internacional. Los ingresos del sector ascenderán desde los
17.500 millones de dólares facturados en 2013 hasta los 35.400 millones de
dólares de 2017.
Por zonas, América Latina será la región que más
evolucionará (crecerá un 60%), mientras que Europa Occidental (hasta ahora la
zona de mayor consumo para la industria de los juegos móviles) ascenderá menos
(un 25% interanual).
La
empresa de publicidad móvil Flurry remarca los datos sobre género. Según un informe de la compañía
(una muestra de juegos de 1,1 millones de dispositivos en su plataforma), las mujeres llevan a cabo un 31% más de compras in-app que
los hombres.
Además, dedican un
35% más de tiempo a aplicaciones de juegos y la permanencia es de un 42% más en un promedio de 7 días. De esta guisa, las compras de in-app son modeladas por juegos móviles y
perfiles de usuario. A diferencia de los videojuegos, donde dominan los
hombres, en compras la mujer lleva las riendas. En todo caso, el hombre encabeza algunos tipos de juegos móviles, hasta la cifra de
19 categorías de los juegos de iOS (batalla, estrategia, defensa, deporte y
acción).
En
unos ámbitos el hombre, en otros la mujer, crece el consumo
en la Sociedad de la Banda Ancha. Sobre ello debatimos en el Grupo
de Investigación sobre Periodismo Digital y Banda Ancha, de la UAO-CEU y
el CECABLE, en Twitter (@CECABLEresearch), Google+, en
el grupo de LinkedIn,
en la página de LinkedIn,
en el grupo de Facebook, en
Instagram (CECABLE), en Pinterest y en este blog. Y ahondaremos en las XX Jornadas del Cable y la Banda Ancha en Cataluña (5-7 de mayo de 2015).
¡Genial y divertido!
ResponderEliminarComportamiento curioso.
ResponderEliminar¡Siempre es bueno el ahorro!
ResponderEliminar¡Muy divertido!
ResponderEliminar¡He disfrutado un montón leyéndolo!
ResponderEliminarVery amusing!
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
ResponderEliminarEnorme!
ResponderEliminarGran contenido, gran estilo.
ResponderEliminarFantástico análisis y descripción del mercado. Bajo mi opinión todo esto viene dado, siempre hablando en rasgos generales de la población, por el hecho que el sexo femenino es más cuidadoso con los detalles. Más minucioso.
ResponderEliminarEsto se ha desarrollado a lo largo del tiempo, por el hecho de ser, ellas, quien cuidaban del hogar y los hijos. Aunque pueda parecer mentira, el hecho de encargarse de este tipo de cosas, han desarrollado esos rasgos que conocemos como femeninos.
Tan solo debemos fijarnos en la industria de la moda. Solo entrar en una tienda que ofrezca tanto ropa de mujer como de hombre, podremos identificar la gran diferencia en cantidad y diversidad de prendas de cada sección. Una mujer puede escoger entre más de 5 tipos de zapato, respecto al zapato o bamba de un hombre. Nosotras, tenemos la opción de llevar falda o pantalón, vestido con medias, con leggins… Podemos llevar lo que queramos, pues si no está de moda, ¡lo ponemos!
Luego, dada toda la diversidad entre la que podemos escoger, es lo que hace que gastemos más. Aunque pueda parecer superficial, podemos ser, el tipo de mujer que queramos ser ese día, escogiendo la ropa que nos ponemos, los complementos que añadimos y el maquillaje con el que nos vestimos ese día.
Muchos pensarán que esto nos vuelve esclavas del capitalismo, pero en mi opinión, nos hace libres. Libres de ser aquello que quieres ser y además con opción de variabilidad.
También es verdad que los hombres, compran menos, pero más caro. Y es, porque no tienen la costumbre de ver comparar y escoger. Las marcas se aprovechan de ello. El “si es más caro, es mejor” es una regla por la que muchos se rigen para escoger, sin tener en cuenta si todos aquellos extras que ofrece el artilugio (normalmente electrónico) se rigen a su necesidad o no los usarán jamás.