El
presente del periodismo es digital. Digital, y en directo, en vivo. Εl mobile journalism (el denominado MoJo) es el zenit de esa comunicación,
en pleno cloud journalism. Smartphone en mano, la captación de
una imagen fija o en movimiento atractivas puede convertirse en el primer
eslabón para elaborar un contenido periodísticamente seductor.
El
factor rapidez y el axioma de un público objetivo mayoritariamente digitalizado
y ávido de breaking news, de hipertextualidad, multimedia e interactividad, de engagement con el productor de los
contenidos, de periodismo participativo, ciudadano, como fuente del
profesional, son componentes esenciales para el engranaje comunicativo. La
evolución del mobile journalism ha
llevado a especializarlo en mobile video
(Qik, Kyte, Flixwagon) y en mobile
multimedia (combinación de texto, audio, video, fotografía e infografía).
En el mobile video, se facilita la
emisión en streaming de vídeo en
directo, lo que implica la necesidad de flujo que caracteriza a la Sociedad de la Banda
Ancha,
con una plétora de aplicaciones. El lifestreaming convierte a cada
periodista en movilidad en un verdadero estudio televisivo. Emitir video desde
el teléfono inteligente a la web de la que se disponga o mediante un video player es la fórmula ideal para
alimentar la página web o el blog. El concepto de live blogging bebe del manantial MoJo. Sobre ello y otros asuntos trataremos en las XVIII Jornadas del Cable y la Banda Ancha en Cataluña (7-9 de mayo de 2013) y en el Grupo de Investigación sobre Periodismo Digital y Banda Ancha, de la UAO-CEU y el CECABLE.
En
este marco teórico se ubica el decálogo de Journalism.co para conocer qué
elementos hay que tener en cuenta para
llevar a cabo una cobertura en directo a través de los medios de comunicación
digitales, especialmente los de formato micro. El decálogo establece una decena
de pasos para obtener un resultado atractivo: hacer algo diferente, que capte a
la audiencia (principios de interés y originalidad); rapidez (factor de éxito
en periodismo, telecomunicaciones y en la vida misma); buscar el tiempo de
lectura de la audiencia; plantear una reestructuración de la redacción;
aprovechar grandes acontecimientos (como las XVIII Jornadas del Cable y la
Banda Ancha en Cataluña) para innovar y experimentar; recordar la importancia
de contextualizar (la audiencia no tiene por qué conocer el contexto de una
noticia: los enlaces contextuales son fundamentales en
ese caso); simplificar (sin llegar al maniqueísmo); elegir un nicho informativo
claro (en nuestro blog, la intersección telecomunicaciones + periodismo); aprovechar
las oportunidades de monetizar el contenido (siempre que el objetivo del
producto periodístico sea lucrativo); e intentar ofrecer a la audiencia un par
de opciones: el artículo tradicional o la cobertura en directo digital.
Es
cierto que en ocasiones el esfuerzo (tecnológico, económico y de recursos
humanos) que implica una cobertura en directo y en streaming no compensa en audiencia, a raíz de la penetración aún
limitada de banda ancha. No obstante, ante esa situación, se trata de hacer
análisis crítico y sopesar la viabilidad de la aventura en las siguientes
ediciones. Más allá de ello, el futuro del periodismo digital se apellida MoJo. MoJo atractivo, con interés, seductor, que enganche, con chispa. En
suma, MoJo picón.
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