El espíritu abierto de este blog lleva a dar la voz a profesionales y colaboradores en el ámbito periodístico y telecomunicativo. Hoy es el turno de Blanca Cristofol, colaboradora del CECABLE, que analiza la situación del periodismo digital.
"Más de 6.000
periodistas en el paro, 40 medios de comunicación que han desaparecido y casi
veinte EREs desde el 2008. En España son tiempos difíciles para uno de los
oficios más sacrificados pero también –según aquellos que lo ejercen- más
gratificantes: el periodismo.
Tal vez sea este
motivo por el que, pese al panorama desalentador, los que siguen empeñados en
hacer periodismo continúen buscando la solución a este embrollo. Si bien los
medios convencionales sufren la crisis económica –según datos de INFOADEX, la inversión publicitaria en televisión y en
prensa impresa sigue cayendo–, éstos deben hacer frente paralelamente a un cambio
del modelo comunicativo. Gran parte de la audiencia –el sector joven– ha dado
una vuelta de tuerca a sus hábitos de consumo: los jóvenes cada vez se muestran
más reticentes a consumir aquello que les ofrecen en cada momento y apuestan
por ver y leer lo que quieren, cuando quieren.
Mientras que la
inversión publicitaria cae en picado en los medios convencionales, se ha
notificado una inversión creciente en el panorama online: actualmente, el 97% de los ingresos de Google vienen exclusivamente
de sus anunciantes. Y es, precisamente aquí, donde puede empezar a intuirse la
salvación del periodismo. Se ha demostrado que los medios online pueden obtener beneficios económicos y se ha visto también que
Internet presenta las características de inmediatez y los soportes necesarios
–escrito y audiovisual- para satisfacer las necesidades de sus consumidores.
Además, la
fuerza de las redes sociales como Facebook, LinkedIn, Twitter o Instagram son el medio ideal para el
ejercicio del Periodismo Cívico, aquél en el que el periodista trata los temas
que interesan a los ciudadanos alejándose de una agenda-setting guiada por los intereses políticos, que es el que,
hoy por hoy, llama más la atención de la audiencia.
Si bien está
claro que el periodismo moderno debe sentar sus bases en los medios no
convencionales, todavía no se ha encontrado la fórmula que lo haga
económicamente viable. El intento fallido de El País en 2010, cuando convirtió su web en un servicio de pago, o
la creación de la Hemeroteca por parte de La
Vanguardia son ejemplos de cómo los medios de referencia de nuestro país
buscan establecerse en Internet, sin que ello les suponga una pérdida de
beneficios.
Por su parte,
los periodistas comienzan a reciclarse, se sirven de sus teléfonos android para grabar vídeos o hacer fotos
que, inmediatamente, suben al medio online.
Estos nuevos comunicadores, que se han acostumbrado a redactar de manera breve
y directa –como exige el consumidor digital–, actualizan constantemente su
Twitter y sus blogs y viven conectados a la red con el fin de no quedarse
atrás.
Por lo que se
refiere a los usuarios de Internet, parece que no le dan el valor suficiente a
la información que consumen como para pagar por ella. Según una encuesta realizada
recientemente por Nielsen, el 80% de los consumidores deja de usar una página
web si tiene que abonar una cantidad de dinero por verla. Es decir, sólo uno de
cada 4 estaría dispuesto a pagar por los contenidos que lee.
Así pues, estamos
ante una situación en la que los propietarios y trabajadores de los medios
digitales se encuentran en una lucha de intereses con los consumidores. Pese a
ser el nuevo soporte del periodismo, el futuro de este tipo de medios es
todavía incierto. Entre tanto, mientras el periodismo digital siga siendo
gratis –o casi gratis–, continuará sin poder garantizar la calidad de redacción
y contenidos que pediría un consumidor mínimamente exigente."
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