domingo, 27 de enero de 2013

Cable autoreparable

La evolución en el sector del cable y telecomunicativo tiende a la creación de chips más pequeños dotados de más capacidad. Las leyes de Metcalfe, Gilder, Amdahl o Drucker subyacen en la progresión de un fenómeno que aporta músculo a la Sociedad de la Banda Ancha. Sobre ello trataremos en las XVIII Jornadas del Cable y la Banda Ancha en Cataluña (7-9 de mayo de 2013).
Una novedad llamativa en el sector es el desarrollo de cable de metal líquido autoreparable si sufre algún daño. A raíz de una investigación de la Universidad Estatal de Carolina del Norte se pueden crear circuitos más complejos utilizando sólo unas tijeras para cortar y reconfigurar los cables. El cable es elástico y se compone de un corazón de metal líquido y una cubierta de polímero capaz de autorepararse tras sufrir algún daño.

La elasticidad del cable le permite subsistir en situaciones de alto estrés. Es conocida la tarea destructiva de los roedores, que provocaron la fabricación de cables más resistentes, especialmente en aquellas empresas que llevan a cabo instalaciones subterráneas por las cloacas, lo que limita el capex invertido. Mediante la creación de canales de microfluidos rellenos con una aleación de indio y galio, se establece una capa estirable. Si el cable es circundidado, el metal se oxida en contacto con el aire y forma una especie de piel que impide que el líquido se derrame. Al juntarse dos extremos dañados, el metal líquido reacciona buscando nuevas conexiones y rehaciendo sus enlaces moleculares. Desde el Grupo de Investigación sobre Periodismo Digital y Banda Ancha (Sistemas de producción del periodismo digital español en el contexto internacional e impacto de la banda ancha), de la UAO CEU y el CECABLE, nos alegramos de esos avances. 

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